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Una búsqueda de pequeñas verdades

“Una ciudad otra” es el primer libro publicado por Josefina Arcioni y el segundo título de la colección de narrativa de Hexágono Editoras. Reseña de Stefania Agoglia.


En la contratapa se advierte: “Mientras que la ciudad se organiza sobre aquello cercano y familiar que nos interroga y cuestiona, la ficción abre un campo que se mueve entre la dicotomía de lo ajeno e imposible, pero también en una realidad que todos habitamos, transitamos y reconocemos. Algo embosca en los espacios, se enmascara en el gesto y se disfraza en el vínculo.” Es, justamente, en la extrañeza que Arcioni emerge de los actos cotidianos desde donde nos interpela con su reinterpretación única sobre nuestros espacios.


Este libro es una búsqueda de pequeñas verdades, que muchas veces pasan desapercibidas. Los cuentos están construidos por los detalles que nos rodean, de aquellas acciones que nos acompañan todos los días y no las interrogamos lo suficiente. Josefina Arcioni construye su ciudad con la delicadeza de quien sabe que trabaja con piezas diminutas, irreemplazables y por lo tanto el lenguaje no puede fallar.


“Vaso de agua y montaña de pastillas en el cuenco del mortero. La presión insistente hacia abajo, sobre el cuenco, la fuerza aplastante en el mortero, y al fin, el polvo. Ella, su boca, sin miedo. Ahora. Seguridad, firmeza. Un grito callado de basta. Basta, hasta acá para mí. Y más rápido, mejor. Cuanto más rápido mejor. ¡Uno dos tres, ya! Todo el polvo de colores directo a la garganta. Todo. Picazón. Cosquillas. Cucarachas inquietas. Dolor al final del estómago. Puñado de espinas. Agua, pronto. El plan: la cuenta. Cinco minutos con todos sus segundos.”


En una entrevista, la autora nos comentó cómo había surgido la propuesta de publicar sus cuentos: “Este libro nació un poco a contrapelo de como nacen muchos libros. Cuando las chicas de Hexágono me invitaron a que les presente un manuscrito, empecé a corregir y editar un conjunto de cuentos que me gustaban mucho: esa fue la "selección inicial", los cuentos que me gustaban, que me identificaban más, que yo sentía que tenían "algo". El resultado final fueron estos diez, pero yo en principio los sentía tan diversos que me parecía que no hacían "sistema", tenía mis dudas de si podían funcionar juntos. Hasta que, después de meses de trabajar con ellos y de corregirlos una y otra vez, entendí que hay algo que los une, que es la marca de la ciudad. Y no es la ciudad como escenario de fondo, sino que es una temperatura, un ritmo, una energía, una voz. Es la ciudad como geografía propia del extrañamiento, donde si se mira de cerca, las cosas no son tan así como parecían o como pensabas que eran. Algo como... Mirá de nuevo, ¿estás segurx de que eso es así como lo ves?"


El libro genera una sensación vertiginosa, la de pasar a gran velocidad por esa ciudad otra que asoma al costado del camino, espiar por ventanas fugaces en las que ocurren estas pequeñas historias, escenas recortadas de una realidad mucho más amplia. Los textos llevan a pensar en todas aquellas cosas ínfimas que nos construyen como en estos cuentos: experimentar algo, por primera vez, como subirnos a un subte, la desilusión al dejar de creer en algo que nos emocionaba, las miradas que parecen eternas entre dos extraños en un bar, o ese instante en el que elegimos, a pesar del dolor, no destruirnos.


Todos los cuentos se entrelazan de manera armoniosa, se percibe ese no sé qué en el aire que nos invita a seguir leyendo hasta armar, de alguna forma, el rompecabezas de esta urbe tan particular que ha creado su autora. El estilo de Josefina es puro y exclusivo de ella, ha logrado construir una voz única para narrar sus historias.


En pocas páginas, nos sitúa en el preciso lugar para lanzar la estocada y atinarnos.


“No podía moverse ni pensar, una anestesia apretándole las sienes y la gente, la gente, los empujones y la gente, un humo vivo y espeso desde adentro, más espeso y más vivo que antes, un humo ardiendo desde adentro como una cueva o una boca oscura que fuma, uno con alguien en la espalda, una con alguien en los brazos, dos con algo a la rastra, bocas abiertas, gritos que no salen, ojos fruncidos llorando, gemidos mudos, piernas sin zapatillas sobre la vereda, piernas horizontales inmóviles sin zapatillas sobre la vereda (…) Mi hermano. El pensamiento quemó como un cachetazo. Mi hermano.”


Sobre Josefina

Josefina “Pepa” Arcioni nació en Buenos Aires, en 1983. Desde los catorce años, con varios ensayos previos, se largó a escribir más seriamente. Gracias a algunos fracasos y algunas victorias en concursos literarios llegó donde está hoy, con un libro publicado con mucho cariño. Se define como una escritora detallista y obsesiva que trabaja sus historias para crear un mundo y una voz particular, que se desafía a decir más con menos palabras. Es diseñadora audiovisual y redactora. Estudia la Licenciatura en Artes de la Escritura (UNA). Varios de los cuentos seleccionados para este libro fueron reconocidos previamente por separado. “Sánchez” fue premiado y antologado por la Legislatura Porteña (2015), “Va a ser un verano muy duro” formó parte de Por el camino de Puan I (2018), y “Los varones” fue premiado por el Círculo de Estudiantes de Artes de la Escritura (UNA) y antologado por Evaristo Editorial (2019).

Sobre Stefanía 
Stefania Agoglia nació en Buenos Aires en 1995. Estudió periodismo en la USAL pero se considera en constante aprendizaje del oficio. Escribió artículos sueltos para algunas pasantías, concurrió a varios talleres de festivales, en Casa de Letras y revistas como Anfibia; fue librera por unos meses en Cúspide; y lo más importante, es parte del proyecto  “Somos Historias” una página en donde se difunde y crea contenido literario-periodístico o eso intentan.  

> Reseña escrita por Stefania Agoglia. Si querés contactarte con ella, escribile a stefiagoglia95@gmail.com

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