La Isla nos propone, en una diversidad de textos, "mirar más allá del autor" para adentrarnos en una experiencia de lectura capaz de generar una interconexión entre los diferentes estilos de escritura y temáticas que abordan, sin caer en tradicionalismos y rompiendo los esquemas del periodismo cultural actual.
Foto: Cortesía de La Isla
Gaby Rot (GR) ¿Por qué el nombre "La Isla”? ¿Qué camino recorrieron para llegar?
Guido Mendizabal (GM): El nombre surge a partir de la novela de Aldoux Huxley “La Isla” con la intención de que simbolice un punto de vista particular, que se diera el lujo de observar desde un afuera hipotético, una suerte de “parar la pelota” y mirar desde cierto quietismo o ausencia. La intención siempre fue buscar una manera alternativa de pensar que no sólo pudiese situarse fuera del realismo capitalista imperante sino que, a su vez, pudiese dar cuenta del mismo, de sus estructuras internas y mecanismos. En este sentido, la clave era posarse sobre una lógica de “funcionamiento” anti-productivista y sin intenciones performáticas a-priori. Es decir, dejar que en el proceso mismo de salirse de las diversas estructuras fetichizadas de la conciencia, aparecieran posibles respuestas e intenciones. La negación deja un espacio al vacío, el silencio es un elemento fundamental de la creación. No casualmente la revista comienza a “cranearse” y, finalmente, a desarrollarse durante los momentos más fuertes de la cuarentena del año pasado.
Por otro lado, es a partir de este marco particular desde donde debe ser interpretada la interconexión entre poesía, narrativa, crítica cultural, divulgación científica y economía política. Romper el cascarón cosificador que separa ciencia y arte también es un motivo fundador de la revista que no se ve reflejado, solamente, en su diversidad de temáticas y formatos, sino también en que cada autor y autora tiene libertad absoluta en escribir sobre ciencia, hacer crítica cultural, publicar un cuento, o cualquier otra opción. A esto le llamamos: estructura plástica, que, a su vez, es capaz de ir modificándose con la práctica misma.
GR: ¿Quiénes habitan la isla y quiénes están detrás de la gestión del proyecto?
Emiliano Trevissoi (ET): La Isla está habitada por diversos textos, y hago hincapié en los textos más que en lxs autorxs porque lo que nos interesa es que se genere una intención por la lectura en sí, que el texto se sostenga más allá del quién. A esto lo plasmamos en la sección “Habitantes” de la revista, en donde las presentaciones son mínimas (una cita, frase, etc), sin el formato tradicional de “Soy licenciado en tal cosa” o “Escribí en tal lugar”. A eso lo llamamos “Anti CV”.
Detrás de la revista, más allá de la composición de textos, trabajamos con varias personas que colaboran con ilustraciones y diseño gráfico: Marcos Amayo (Ilustraciones), Tiago Martí Porto (Ilustraciones y diseño gráfico), Catalina Naidich (Diseño gráfico), Bruno Esposito (Fotografía), Leo Fusaro (Ilustraciones) y Carlos Lescano (Ilustraciones).
GR: ¿Qué secciones encontramos en La Isla?
GM: La realidad es que las secciones las vamos armando en función de los textos. Si nos envían algo que nos gusta pero que no “encaja” en ninguna de las secciones existentes, no tenemos problema en inventar una nueva para poder publicarlo. De hecho, gran parte de las secciones se fueron creando de esta manera. Hoy en día tenemos “crítica cultural” “narrativa”, “poesía”, “economía”, “política”, “divulgación”, “tecnología”, “educación” y “ensayo”.
GR:¿Cómo se organizan? ¿Existe algún proceso de selección de material antes de publicar?
ET: Sí, en el caso de que alguien nos escriba porque quiere participar, realizamos una lectura de los textos. También, bucear por las redes sociales nos hace encontrarnos con personas a las que invitamos a participar.
En el comienzo de la revista, de hecho un poco antes de publicar el primer número, ya teníamos en mente a gente conocida para invitar y por suerte muchxs dijeron que sí. Luego, comenzó a darse cierta dinámica en la que no todxs podían mantener el ritmo de escritura para publicar cada 15 días, y así fueron apareciendo nuevxs habitantes. Lo que generó la sorpresa de que podamos publicar poesía chilena y española (algo que no me imaginaba en tan corto plazo).
En una etapa del proceso, me topé con tener que rechazar algunos textos que me acercaron. Fue una decisión nueva, y difícil, pero a la vez empecé a darme cuenta cuál era esa línea que se empezaba a formar, cuál poesía quería publicar y cuál no. Se me abrió la pregunta sobre cuál estética quería que tenga la revista.
GM: Con el tiempo, y de una manera orgánica y natural, empezaron a surgir conexiones y diálogos entre textos y autores, algo que nos alegra y renueva nuestras ganas y que tratamos de cuidar y “cobijar”. Es interesante esa naturaleza porque te enseña a no forzar las conexiones. En este sentido, ambos conocemos por experiencia tanto las potencia de un proyecto colectivo, como sus múltiples complejidades.
GR: ¿Sienten que el ámbito digital impulsa el proyecto?
GM: La verdad que es una buena pregunta...creo que, para empezar, hacer esto mismo que hacemos, pero con un formato físico de seguro nos hubiese resultado imposible. No obstante, parados desde el lugar de lectores, claramente, preferimos mil veces un libro de “carne y hueso” que leer directo desde la compu o el celular.
Un tema sobre el que pensamos mucho, y que tiene relación con esto, pasa por encontrar formas de difusión afines a la idiosincrasia e ideología de la revista. En este sentido, las redes sociales conllevan una lógica particular que se inscribe dentro de este realismo capitalista (que nombrábamos antes) asociada a la creciente mercantilización de la vida. Esto es, literalmente, que el contenido de la vida de cada sujeto se exprese bajo la forma de mercancía. Es lo que vemos, permanentemente, en cualquier red social. Frente a esto, por ahora tenemos una postura “defensiva”: como decía Emi, separar la obra del autor poniendo el énfasis sobre los textos y no en los méritos formales de cada escritor. Igualmente, no deja de ser un tema en maceración.
GR: ¿Alguna vez pensaron en La Isla como una revista impresa? ¿Se imaginan cómo sería?
GM: Justamente, estamos con la idea de publicar un Dossier y pensando posibles formas de financiación.
GR: ¿Cuál es el estilo de lector al que se dirigen o que creen que se interesa por la lectura de la revista?
GM: En principio, diría que no es algo que pensemos de antemano, básicamente, porque no queremos vender nada. No presuponemos un estilo de lector porque tampoco nos presuponemos como un estilo de revista. Aspiramos a una relación con el otrx que pase por un lado distinto al de la transacción. Igualmente, es verdad que la pregunta lejos está de agotarse en esta respuesta. Me parece que lo importante es conectarnos con lectores y lectoras abiertos y abiertas, que la revista les sirva para abrirse y no para cerrarse, que no hagan click en el link de la revista para saciar sus gustos personales, sino para descubrir nuevos sabores y texturas. En definitiva, tratar de romper con la lógica imperante de segmentación y “parcelación” del consumo.
GR: Sabemos que en tiempos de pandemia, la actividad cultural empezó a ocupar más espacios en la virtualidad. Para ustedes ¿Cuál es la importancia del periodismo cultural en la actualidad?
ET: Como dijo Guido, esto lo veníamos hablando, pero la situación de pandemia aceleró la concreción. Me parece interesante la pregunta en el sentido de que nunca había pensado a la revista con una veta periodística, y es verdad que tiene algo de eso. En el sentido de que la coyuntura aparece expresada. Estoy tomando la palabra -periodismo- capaz de una manera un poco extravagante, en este caso. Pero sí creo que cualquiera que se zambulla a leer los textos va a encontrar grietas por donde aflore lo que nos atraviesa en el ahora, sin caer, como se ve en los grandes medios de comunicación en una sobre-explicación y explotación de la coyuntura. Creo que tratamos de ejercer otra forma de periodicidad.
GM: Esto último que dice Emi, me parece fundamental en el sentido de no perderse en el torrente de lo que se considera “actual” o “urgente” y, en todo caso, utilizar la coyuntura en la medida en que en ella se expresen cuestiones que para nosotrxs sean centrales. Por eso, nuestro acercamiento hacia la “actualidad” parte de una premisa distinta a la del periodismo tradicional.
GR: Basándome en la pregunta anterior y, en relación al vínculo entre el lector y el contenido que publican ¿Cuál es el rol que ocupa La Isla hoy?
ET: Como pre-intención no nos propusimos un rol a ocupar. Desde el lado estético, hablando metafóricamente, lo pensamos como algo emergente. Osea, de antemano no sabíamos qué tipo de textos íbamos a recolectar o nos iban a aparecer. Sí, tenemos un posicionamiento ético con respecto a que no vendemos la revista. No nos propusimos de antemano que queremos una ganancia económica con esta actividad. Tampoco con esto quiero decir que no sea válido vincular la actividad artística con el sustento material, pero, simplemente, queremos que eso sea un limitante, por ahora. Resumiendo, creo que intentamos abordar un ejercicio artístico desde los bordes, tratando de salir de los dogmatismos que se nos arrojan socialmente, ya sean conservacionistas, de lo políticamente correcto y de lo parcelado y segmentado.
GR: ¿Tienen pensado nuevos proyectos que incluyen a La Isla?
ET: Particularmente, vengo pensando en invitar a poetas a La Isla pero no solo para que publiquen. Sería una entrevista o conversación acerca de poesía, incluso que dichas preguntas sean lo suficientemente abiertas como para poder contestarlas con poesía.
GM: Yo estoy con una idea similar, no sé si entrevistas, estrictamente hablando, pero sí me gustaría escribir sobre bandas o artistas nacionales o internacionales, emergentes o reconocidos y, en el caso de que fuera posible, que en la nota aparezcan sus propias voces. Es algo que aún vengo macerando por - probablemente- haberme dedicado durante mucho tiempo a la música. Me cuesta trabajo encontrar una forma escrita que esté a la altura de algo tan increíble y trascendental como el hacer y escuchar música.
Sobre La Isla
La Isla es una revista digital autogestiva en donde se cruzan textos diversos. El proyecto es llevado a cabo por: Emiliano Trevissoi y Guido Mendizabal junto a las colaboraciones de Tiago Martí Porto y Catalina Naidich en diseño gráfico, Marcos Amayo con Ilustraciones y un conjunto, de escritores y escritoras, que cada 15 días hacen emerger la revista.
Revista digital: revistalaisla.com.ar
IG: @laisla.revista
Foto: cortesía de Emiliano Trevissoi y Guido Mendizabal
Sobre La Rot
Gaby Rot es productora audiovisual y redactora. Gestiona junto a otrxs compañerxs la página de difusión poética +poesía. Estudia animación y difunde su trabajo en @piba.atomica. Hacedora de buenos pochoclos. Pimienta siempre.
> Entrevista realizada por Gaby Rot . Si querés contactarte con ella, escribile a gabriela.rottaris@gmail.com
Me gusto mucho la entrevista a la revista La Isla. Nutriente de nuevas formas para comunicar cultura en el sentido amplio y tratando de surfear sobre los prejuicios y el status quo. Que es un montón