"Pero necesitaba estudiar algo. Como si el dinero (que piensa lograr) no diese lo que él tanto describe. Yo le digo que está bien. No me meto como hace mi mamá conmigo". Con este fragmento, compartimos un relato del autor.
"El Dormitorio de Arlés", Vincent Van Gogh (1888).
Quería estar presente. Ese día era el cumpleaños de Fabio. Mi ahijado tiene treinta años y vive solo. Tiene un perro de mascota que se llama “Marco”, y un gato. El gato se llama “Coma” y es negro con pintas blancas, una, en realidad. En esta habitación hay muebles muy nuevos. Estoy acá desde hace ya dos años. Vine por trabajo. En Río Negro hace frío pero a mí me entusiasma. El fuego es lo único que necesito además de una compañía. El diario se llama “La Estación”. Escribo en él y edito. Quería estar en otro lugar que no sea Buenos Aires. Allá era un tormento todo en forma de misterio. Desconfiaba de todos. Hasta de mí mismo. Me volví paranoico. No digo que acá no lo sea. Pero por eso me vine. Mi intención fue volver a ser alguien más plano. Es decir, más simple y menos enroscado con los demás. No lo logro, todavía. Mi mamá sabe que escribo. A ella le hubiese gustado que me case. También le hubiese gustado que termine los estudios. Que deje de fumar. Y que tenga hijos. Y que tenga un trabajo fijo. Y que tenga un sueldo fijo. Y que a fin de mes esté tranquilo y no contando billetes.
Mi ahijado me llama seguido. Está contento con su profesión. Es psicólogo pero todavía no ejerce. Tiene un local donde repara PC's. Él comenta que hizo todo por decisión propia. Que la meta suya es tener plata. Pero necesitaba estudiar algo. Como si el dinero (que piensa lograr) no diese lo que él tanto describe. Yo le digo que está bien. No me meto como hace mi mamá conmigo.
En esta pieza las cosas están a nuevo. Parece que la dueña lo hubiese hecho a propósito, y renovó todo a último momento. Como si supiese de mi cambio de dejar atrás aquello que no iba. Aquello que tal vez sirvió una vez pero, que hoy, dejo para otro: recuerdos, colas, bancos, colectivos, puteadas, ascensos (inconclusos) y todo lo demás. Acá, en Río Negro, estoy excelente. Pero quiero estar con Fabio. Él me anima mucho. Es un pibe que recrea, a veces, sin intención, mi pensar. Aunque tengamos diferencias abismales.
Los que lo conocen intuyen que se desprende fácil del caos. No sé qué tan bien le vaya como psicólogo. El mío es bastante paternal: frío. Pero conmigo Fabio es dulce y yo con él igual.
Sobre Guido
Guido M. Delía nació en 1987 en Capital Federal. Vive en el barrio de Caballito. Estudia Literatura en el Profesorado Joaquín V. González. En 2018, publicó su primer libro de poesía llamado "Cumbia y religión" (Caleta Olivia Ediciones). Actualmente, está trabajando en un próximo libro -esta vez- de cuentos.
> Si querés contactar a Guido, podés escribirle a guidodelia6@gmail.com
Foto: Gustavo Gottfried
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