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La palabra poética como un modo de justicia

"La poesía de Mariano Peralta sensibiliza por su modo de ver la realidad, por su capacidad de comprender la universalidad que reside en toda individualidad, pero

-sobre todo- porque es un poemario en el que no hay respuestas", escribe Misael Castillo acerca del poemario "13 universos por día" editado por De L’aire en 2017.

Foto: Cortesía Mariano Peralta


"13 universos por día" es un libro del santafecino Mariano Peralta, que comparte edición con "Ínfima" de Natalia Oroño, publicado por Editorial De L’aire en el año 2017. En este poemario nos encontramos con una poesía que surge de la cotidianidad en la que impera el NOSOTROS por encima del YO. A menudo el yo poético se calza el uniforme de obrero para reventar en contra de las desigualdades. Quien escribe nos sumerge en un mundo en el que la palabra poética es una forma de justicia.


Cuando empecé a leer poesía, siempre me pregunté quién escribe –nosotros-, para un albañil y su hijo, para una madre laburante que tiene jornadas inacabables de trabajo formal, informal y doméstico. Mariano Peralta escribe para nosotros, para el que labura, para los hijos del 2001, para los migrantes. Su poesía incomoda, pero también acompaña. Brinda, a quien lee, un binocular desde donde se puede ver lo que él mismo vio. Ofrece una óptica desde la cual todo es susceptible de ser transformado.


El primer poema de "13 universos por día" está titulado “He vuelto a ser obrero” y nos invita, quizás, a pensar en la reivindicación de la clase trabajadora por medio de la poesía. La fábrica es el lugar donde parecieran desarrollarse la mayoría de los poemas. El caucho, el calor, la violencia, conforman un campo semántico que desestabiliza el discurso socialmente aceptado acerca del laburo. Peralta pareciera perseguir un lugar donde el obrero no sea una máquina o un cero, sino que lo humaniza, así como se humaniza a un ídolo que previamente ha sido convertido en Dios. Pero la humanización del obrero es diferente, porque se hace desde el polo opuesto, es decir, convierte al trabajador nuevamente en un ser humano, despojándolo de la automatización.


En este primer poema el yo poético enuncia: “Lloraste la muerte de García Márquez/ los despidos masivos/ la gala en el colón/ el caucho sigue su música tangencial/ y mi sueldo apenas alcanza/ para recordarte”. Mientras el mundo brilla, la fábrica no se detiene ¿A dónde corremos, entonces, cuando nos despojan del ocio y del tiempo libre? Pareciera recordar la batalla cultural, hacer ese maravilloso ruido que, posteriormente, va a permitir visibilizar lo necesario.


En el poema Lunes 14 de diciembre de 2015, el yo poético propone un problema para el cual no tiene respuestas, pero la poesía tampoco es un artefacto cuyo objetivo sea tener alguna respuesta. Diciembre, desde hace unas décadas, es un mes triste en Argentina y es Peralta quien está ahí recordándonos cuánto sudor implican algunos platos en la mesa. He escuchado alguna vez: “ya tengo para la comida, ahora me falta para los regalos”. Diciembre es una fecha que Peralta, como laburante, entiende perfectamente. Así lo enuncia el yo poético: “Los obreros cortan trozos/ de material negro/ negrísimo/ sudan a cuenta del mediodía/ el aguinaldo/ y el bono de navidad/ ninguno puede saberlo/ (acaso las moscas)/ para el invierno/-dios mediante-/ serán menos”.


¿Cuántas veces al día se quita un obrero las moscas de la cara? ¿Cuántas veces se puede esquivar la miseria?


Posteriormente, Segundo semestre en santa fe tiene un lazo estrecho con lo acontecido en el país durante el 2015. Un guiño político, pero no para los que estuvieron en el poder, ni para los que vendrán, sino para el pueblo. “El yuan se desplomó/ y el dólar promete/ sacarnos de pobres”. El ritmo es exacto, cada espacio, cada vacío promete una significación. Podríamos hacer una analogía con los medios de comunicación. La tilde en “desplomó” genera una sensación de caos, en tanto que la expresión “el dólar promete” es una ilusión inacabable.


Finalmente, en el poema La caña el yo poético enseña un modo de ver absolutamente significativo en relación con la sensibilidad del laburante. Nos imaginamos a un hombre solo, en su día de descanso, junto al río, luego de largas jornadas de trabajo, atento a la caña de pescar que dejó en la orilla. “Al picar la caña/ se inclinaba en dirección al río/ como agradeciendo// más grande el bicho/ mayor la reverencia/ de aquella caña/ made in japan”. Resulta interesante remarcar, nuevamente, que estos poemas parecieran no estar escritos desde el “yo” y que cada persona podría ser cualquier persona y que cada laburante podría ser cualquier laburante. Sin embargo, aunque aparezca la primera persona, resulta difícil no cargarlos de universalidad.


La poesía de Mariano Peralta sensibiliza por su modo de ver la realidad, por su capacidad de comprender la universalidad que reside en toda individualidad, pero

-sobre todo- porque es un poemario en el que no hay respuestas. "13 universos por día" pone a la mente de quien lee en estado de amor, de empatía, construye un escenario donde las palabras golpean el cuerpo tan fuerte como las jornadas laborales.


he vuelto a ser obrero y afuera la siesta llueve de contragolpe a los buenos días

el galpón contiene el calor del caucho que gira en mi máquina gira negro Brasil, gira negro europa gira negro y espeso el sudeste asiático

todo el mundo se complota para que yo cuchillo en mano me pregunte:

qué veredas limpian las viejas para verte llegar amanecida cómo se llama la kiosquera de tu nuevo barrio esther nelly margarita lloraste la muerte de garcia marquez los despidos masivos la gala en el colón

el caucho sigue su música tangencial y mi sueldo apenas alcanza para recordarte aunque dejaron de mojarnos los mismos temporales


lunes 14 de diciembre de 2015

sobre las nueve de la mañana los ingenieros juegan a desempastar el día calculan y miden siempre en la búsqueda del bulón sagrado

las moscas merodean el caucho reclaman su cuota de proteínas algunas se pegan y pierden en la mezcla caliente vagarán los caminos

los obreros cortan trozos de material negro negrísimo sudan a cuenta del mediodía el aguinaldo y el bono de navidad

ninguno puede saberlo (acaso las moscas) para el invierno -dios mediante- sean menos


segundo semestre en santa fe

subió el kilo en pie de las travestis por facundo zuviría (las expensas del clóset piden a gritos una salida)

la bolsa puja por cabal pero paga menos cada vida

el yuan se desplomó arde la gran china y el dólar promete sacarnos de pobres en la peatonal

estadísticamente meter la cabeza en el horno es la última opción entre aquellas para matarse


la caña

mi abuelo tenía una caña de pescar importada yo la miraba durante horas sentado en la orilla

al picar la caña se inclinaba en dirección al río como agradeciendo

más grande el bicho mayor la reverencia de aquella caña made in japan


Sobre Mariano

Mariano Peralta nació en Santa Fe en 1984. Es técnico químico y comunicador social. Se desempeñó como editor en la revista Toda Santa Fe. Fue parte del grupo fundador del partido político Barrio 88. Publicó "4 de antes" (2016) por La gota microediciones, "13 universos por día" (2017) por Editorial De L’aire y "Un reloj en el fondo del río" (2019) Alción editora.

Foto: Cortesía Mariano Peralta

Sobre Misael
Misael Castillo nació en Tostado, Santa Fe en 1993. Es poeta y estudiante del profesorado en Lengua y Literatura. En 2019 publicó el libro "Robarle al cuerpo lo que está de más" (Presente ediciones).

> Reseña realizada por Misael Castillo, colaborador de +P. Si querés contactarte con él, escribile a misaelcastillo.1972@gmail.com

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