Reseña sobre el poemario "La piel curtida del verano" de Julia Leggiero (Hexágono Editoras). Por Eli Yunez.
Un verano en Uruguay. Los amores a medias, en cuotas. Y el deseo que algunas veces impulsa y otras empuja, pero que siempre mueve. La piel curtida del verano de Julia Leggiero es un poemario sobre la distancia. Sobre eso que sabemos cerca, pero aun así sentimos lejos. Como nuestra casa, nuestros recuerdos o la persona a la que amamos. El desencuentro está ahí, siempre. Es parte del mundo. Y lo hace temblar. Lo único que impide que todo se derrumbe es la certeza de saber quiénes somos.
La piel curtida del verano se divide en tres. Cada parte del libro coincide con las partes de una flor. Figura 1. Figura 2. Figura 3. Como en un manual de biología, un manual de la vida. Hay un mundo desplegado en los poemas que se planta en lo particular y único de una experiencia singular, y crece hacia lo compartido, lo que tenemos en común con nuestras amigas, madres, abuelas. Es la habilidad de contar el detalle cotidiano de manera que cada poema es, un poco, la vida de todas: “tengo una certeza: sé que quiero ser / la cara de mil mujeres. / La cara de nadie. / Quizás así pueda / redimirnos de la aversión al origen.” Cada poema nos lleva a cuestionar esa certeza que nace de la experiencia ajena. Lo que damos por hecho que no haríamos. Lo que creemos que haríamos pese a todo.
Entre lecturas que van de Barthes a Mairal, Leggiero introduce reflexiones sobre la palabra como modo de entender el mundo. La literatura se cuela en la vida o la vida se cuela en la literatura, ya sea porque hay una identificación entre la voz poética y el personaje de una novela; o porque una personalidad se puede describir mejor por su decir que por su hacer: “vos Cucurto, yo / Villariño”. Estos poemas son un péndulo que oscilan entre Uruguay y Argentina. Se mueven entre bo, gurisa, Parque Rodó y el Cabo. En una remera sucia, mensajes sin responder y la avena que hierve y se quema, están las marcas del otro, de una ausencia que se alarga, que demora el tiempo a lo largo de los versos: “Mi condena es ser / la que espera”.
Así, Leggiero pone en palabras lo pequeño, para contarnos lo inabarcable. Porque, en definitiva, la vida es eso que nos pasa, lo que nos atraviesa el cuerpo. Como el verano, que nos deja la piel curtida.
Foto: Archivo Google
Sobre Julieta
Julia Leggiero (entre nosotros, Julia Laura Leggiero) nació en Buenos Aires, en 1998. Estudia Letras en la UBA y sostiene el suspenso sobre cuándo seguirá Artes de la Escritura en la UNA. Se orienta en lingüística y forma parte de un proyecto de investigación sobre narrativas de encierro. Participó en el taller de escritura de Mariano Dorr. Gestionó, junto a otros artistas, los ciclos Cross en la Boca y Cuarentena poética. Hoy explora el cruce entre el rap, la música y la poesía. Trabaja en la Aduana de Buenos Aires y encuentra asilo en el boxeo. La piel curtida del verano es su primer poemario.
Sobre Eliana
Eliana Yunez trabaja como docente de Lengua y Literatura en nivel medio, estudia Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes y asiste al taller de Santiago Craig. El resto del tiempo lee y escribe, escribe y lee.
> Reseña escrita por Eli Yunez. Si querés contactarte con ella, escribile a eliyunez@gmail.com
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