Éramos más de mil en ese lugar. Y a todos seguramente nos unía la idea de despejar al menos por unas horas los recados que la semana suele imponer.
Foto: Archivo Pinterest
Por un largo tiempo fuimos dominados por el hechizo musical que buscamos para despejar nuestras derrotas cotidianas.
El tema emblema y popular de los 90 que sonó en cuanto boliche hubiese, también irrumpió en los oídos de todos los que estábamos prestos a corear cual canción nos llevara a esos relatos de gloria.
En ese éxtasis generalizado, una pareja embebida en un nuevo vaso de whisky y cerveza de por medio, repetían “si hablamos de matar mis palabras matan”. No superaban los 25 años, lo que mostraba el poder generacional de un acorde y una melodía puestos en el lugar adecuado en el momento preciso.
En la barra, el barman movía sus brazos y piernas al son de “no hace mucho tiempo que murió el León Santillán” mientras daba el cambio de otro fernet vendido a cambio de una sonrisa cómplice.
El señor de la consola avivaba a la gente como un jugador de fútbol cuando necesita de sus hinchas para levantar el ánimo del equipo. Así se mostraba el hombre que agitaba sus manos fluorescentes desde la cabina. El tema parecía de su época: la que se llevó su juventud, sus noches con amigos, sus primeros pasos en el camino del Dj.
Se celebraron muchas canciones esa noche, pero en ese momento los cien barrios porteños y más, estábamos subidos a la ola del festejo, de la celebración, éramos realmente un solo canto. La vida nos sonreía o al menos eso exteriorizábamos, corrían tiempos felices para todos, menos para el matador. Aquel luchador barrial que levantó la voz de los acallados estaba por caer. La fuerza policial iba tras su vida.
Entre luces que encandilaban, el pasar activo y fugaz de los presentes y el aroma a humo dulce, esperábamos por ese estribillo que renovó el sentido de esa danza que nos liberaba.
“Matador, matador” resonaba una y otra vez. El canto popular mejor representado hervía en la caja hermética del boliche palermitano.
Fuimos parte del tema de la noche, del pico máximo del show, todos al unísono forjamos cada vez más fuerte aquellas estrofas combativas.
Fuimos una vez más, el hit que mató al mensaje.
Sobre Beto
Norberto Alfaro Actualmente trabajo como periodista y redactor en Cuatro Medios, como locutor redactor en Radio FMQ 93.5 y como locutor comercial en Fútbol de los Grandes por AM 900. También me desempeñé como productor de contenidos y musicalización en JAM SK8 RADIO y escribí en el libro CADUCO editado por Charco Editora Artesanal.
>Si querés contactar a Beto, podés enviar un mail a norbertoalfaro@gmail.com
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