Entrevista a Simón Azar. Conversamos sobre la poesía, las lecturas y su poemario "Diluvio" publicado por Patronus Ediciones. Por Malu Kruk.
Foto: Archivo Facebook
Malu Kruk /. ¿Cuál fue el primer poeta que leíste? ¿Cuál fue el primer libro de poesía que te compraste?
Simón Azar /. El primer libro de poesía que compré y leí fue Una Temporada en el Infierno, de Rimbaud. Desde la primera, página me impactó. Me encontré con una lírica descarnada que me movió el piso. Yo en ese momento recién incursionaba en la poesía. Escribía rimado y cuadradito, casi como un ejercicio estilístico. La lectura de Rimbaud me abrió las puertas a un universo heterogéneo y enorme, al cual empecé a amar. Si hubiera que puntualizar, gracias a una frase del libro. Me resonó tanto que al instante supe que si alguna vez publicara un poemario, ese sería su epígrafe. Y así fue, entre las primeras páginas de Diluvio la van a encontrar. La frase dice así: “Tuve razón en todos mis desdenes. ¿Me evado? Me explico.” De alguna manera condensa el espíritu de la poesía para mí: la inquietud por entender los desdenes de la propia existencia como el motor del hecho creativo.
Malu Kruk /. ¿Cómo fue el proceso de elaboración de tu poemario? ¿Cuáles son los ejes que lo estructuran?
Simón Azar /. Cuando se estaba gestando la idea para Diluvio, venía con un siamés medio tololo pegado: el título original era “El Diluvio entre las Piedras”. Con la obstinación inclaudicable que da la inexperiencia, me largué a escribir, y los primeros borradores también tenían ese aire entre magnánimo y barroco que da a entender el título primogénito. En agosto de 2020, pleno pandemonio pandémico, me propuse darle una forma más redondeada a ese Diluvio en crudo, y de la mano de Javier Martínez Conde (a él, gloria y loor, le estoy eternamente agradecido) encaramos una clínica de obra. La agudeza en su ojo me ayudó a ir encontrando una voz propia, a moldear con más precisión la idea del libro y a hallar un orden para los poemas que sirviera a esa idea.
Quien hizo un mucho mejor trabajo, del que yo podría hacer enumerando las partes que componen Diluvio, es la poeta Gala Halfon (a quien también agradezco de corazón). Para la presentación del libro, escribió: “La pared del ojo ocular tiene tres capas: la esclerótica, la coroides y la retina. El libro de Simón tiene seis capas: Patio, Ciudad, Noche, Simón, Fiel y Hereje. Diluvio es el ojo y la lágrima de Simón.” Cada una de esas partes sirven como ejes estructurantes, o etapas de un recorrido.
Malu Kruk /. ¿Cómo llegaste a Patronus Ediciones? ¿Podrías contarnos algo de tu trabajo con la editorial?
Simón Azar /. En agosto del 2020, Javier Roldán, el editor de Patronus (a quien le debo todo y más, vaya otro enorme agradecimiento), me convocó a participar de una movida poética por el día de la primavera, en el marco del proyecto Poesía Ya!, organizado por el Centro Cultural Kirchner. Bajo su dirección, y junto con otros poetas jóvenes, preparamos textos a partir de la lectura de Caminé en la primavera temprana, un poemazo de Diana Bellessi. Desde ahí, le llamó la atención mi apuesta, y me propuso publicar en Patronus. Yo, recontra manija, apenas terminé la clínica con Javi Martínez Conde, le mandé el borrador del libro, y arrancamos el laburo de edición a principios del 2021.
Si con él fui encontrando mi voz, editando con Roldán la fui puliendo, rebajando de florituras innecesarias, condensando. Me ayudó muchísimo a afilar el cuchillo de carnicero y desgrasar al libro para concentrar su impacto. Javi siempre tiene una mirada reflexiva y crítica. Nunca te endulza el oído para conformarte, y eso sirve un montón a la hora de encarar un proyecto de poemario. Pero, como contracara de su exigencia, tiene un don para el trato con las personas, y trabajar el libro con él fue en todo momento una experiencia constructiva y satisfactoria.
Malu Kruk /. Si tuvieras que decir tres conceptos que definen a tu poemario ¿Cuáles serían?
Simón Azar /. El primer concepto sería, sin duda, la observación. En el poemario, el yo poético adopta una actitud contemplativa ante la realidad, sus pensamientos y los sucesos cotidianos, siempre con el ojo sensible y atento a los destellos que lo conmueven. Mediante la poesía trata de hurgar detrás del instante de iluminación, girarlo, mirarlo desde varios ángulos.
Otro concepto que lo define es el absurdo: como en el poema “sinsentido (calesita)”, el yo poético constantemente se cuestiona el sentido de las cosas, incurre en un profundo “pa’ qué”, y siempre sale con las manos vacías de respuestas pero plenas de poesía. Empuja la piedra de vivir igual que Sísifo, sabiendo que caerá en un eterno loop, pero guarda la íntima convicción de encontrar y ejercer la belleza poética de ese acto en cada punto del ascenso.
Por último, podría mencionar a la Buenos Aires pandémica como escenario y ambiente donde transcurre el libro. La tensión entre la ajenidad que el yo poético experimenta ante una civilización tan gigante y diversa; y la cercanía metafísica que siente con esa masa informe pero familiar está presente a lo largo de todo el recorrido. Javier Roldán, en el prólogo, dice sobre esto: “...no es un porteño ensoberbecido por las luces de la gran ciudad. (...) La poesía le sirve de refugio ante una Buenos Aires que le duele; que le es propia, pero al mismo tiempo le es ajena.”
Malu Kruk /. La pregunta icónica de respuestas siempre distintas ¿Qué es la poesía para vos?
Simón Azar /. No lo sé, solo sé que me conmueve y que la necesito. En eso me siento identificado con lo que supo plantear Borges: “sabemos tan bien lo que es la poesía que no podemos definirla con otras palabras, como somos incapaces de definir el sabor del café.” Si me apuntás con un arma obligándome a contestar te comparto dos definiciones de gente más calificadas que yo: una es del francés Paul Valery, que define a la poesía como “vacilación entre sonido y sentido”, y otra del compatriota Aldo Pellegrini, que la entiende como un artilugio que corre el velo de lo cotidiano para poner al individuo frente a una versión más verdadera e intensa de la realidad.
Malu Kruk /. Sabemos que participaste en varias lecturas y que hay un trabajo con la oralidad de tus poemas ¿Por qué es importante este aspecto para vos?
Simón Azar /. Creo que el poema, al ser leído en voz alta, es mucho más que la vociferación de un texto: adquiere una segunda capa de sentido. Bien sabemos que el lenguaje ni en pedo es solamente palabra, y la poesía puede entenderse como una forma elevada del lenguaje, así que tampoco podemos definirla como solamente palabra. Por ende, trato de darle a la oralidad un rol importante como un condimento que magnifica y agranda las posibilidades interpretativas de los poemas. Además, tengo una tendencia temperamental a figurar y me encanta leer en público, así que me siento como en casa en los ciclos y las lecturas.
Malu Kruk /. ¿Qué estás leyendo ahora?
Simón Azar /. Estoy terminando La Náusea, de Sartre. Me fascinó: pocas veces marqué, intervine o interactué tanto con un libro. Dentro de poco (no sé cuándo va a salir publicada esta nota) vamos a publicar, en mi video-reseña mensual para la revista digital @sostanbeatle, una semblanza de esta obra maestra. Me permito compartirles un subrayado que me encanta: “la vejez es cuerda, la juventud bella”.
Malu Kruk /. ¿Qué esperas que hallen los lectores en "Diluvio"?
Simón Azar /. Espero que encuentren, antes que nada, un buen libro; una experiencia enriquecedora, entretenida, pintoresca. También espero que hallen una voz nueva, distinta, que propone otra forma de entender la realidad. En el recorrido que propongo en el libro, la duda y la incertidumbre están a flor de piel, el yo poético no se apresta a repartir verdades o sentencias como caramelos. Por ello, espero que los lectores encuentren destellos que desestabilicen sus certezas, sus dogmas.
Poemas
camino de noche
El apuro se resbala
con el abrazo transpirado del verano.
La luna, finita y filosa
como uña recién cortada
perfora el intento
de mi pecho por inflarse.
Mi paso, igual que el trayecto:
agigantado, bruto, incierto.
Me domina la urgencia
como un dios forzudo.
La noche vertiginosa
me atraviesa.
(Mitad flecha de Cupido
mitad cuerno de toro furioso.)
Mi cuerpo, cansado del vaivén
se debate entre amor o hemorragia.
Sólo queda caminar
hasta el alba.
sobre no creer
De regreso al monte la pradera
espía mi pelo Ardor ceniza que
adorna un marote engranaje
pesado de escepticismo
y de noes Sin el goce de flotar
ligero como quienes responden
la pregunta final Cargando
el bolso de plomo de ser sin atar
cabos sueltos Ay los hombros
cómo crujen vencidos
Perder es furia
y el incrédulo solo
pierde la lenta carrera
contra el tiempo
versiones del mate
Caminé en la primavera temprana
Diana Bellessi
matear solo como perspectiva
toma de postura frente a la muerte
algunos toman solos para evadirse
una identidad hallada en la obediencia
toman con la tele de fondo
usan el mate como adorno
¿he ahí la invisible costura que nos separa?
bien sabe el pueblo
que el mate solo captura el tiempo
es el centro de atención
la razón de ser de una tarde
cuando no hay distracciones
alrededor del mate
la reflexión brota
como único pasatiempo
detenerse en el detalle de la forma
bien sabe el pueblo
que el mate solo se toma amargo
por adición se amargan
las reflexiones de quien contempla
pensar mate mediante
toma un matiz existencial
lo amargo domina la dulzura
mirar el mate
volver sobre un objeto
hojas trituradas de yerba mojada
capitanas de un pensamiento que naufraga
para el mundo vegetal ¿hay Leyenda?
cuando se vacía el termo
somos arrojados a un desierto insípido
un jardín de arena
azotamos nuestras cabezas contra las piedras
sabiendo que no son menos vivas las piedras
queda en nosotros meditar otro diluvio
Huevón
Muestro mi coraza de seguridad y confianza
haciéndola pasar por caparazón de tortuga.
Más se parece a una cáscara de huevo.
Y una bota está muy cerca de su blancura.
Escondo mi cabeza como es usual
simulando que contiene sabiduría centenaria
pero es sólo un embrión de pichón infecundo.
Pobre de quien limpie mi yema derramada
cuando la bota se impaciente y me haga colapsar.
Pobre de quien resbale con mi viscoso interior
pensando que era terreno firme.
Sobre Simón
Simón Azar (2003, CABA) es un poeta recién salido del secundario. Transita talleres y recita en ciclos con entusiasmo. Sus poemas fueron publicados en antologías, páginas de Instagram y revistas digitales. Participó en el proyecto Poesía Ya!, organizado por el Centro Cultural Kirchner. Recientemente publicó su primer poemario, titulado Diluvio (Ed. Patronus, 2021).
Foto: Archivo Facebook
> Entrevista realizada por Malu Kruk. Si querés contactarte con ella, escribile a mangeleskruk@gmail.com
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