Entrevista a Gaby Sambuccetti. Poeta, docente y gestora cultural. Acaba de publicar “The Good, the Bad & my poems the Poet” (El ojo de la cultura, 2020). En esta oportunidad, realizamos un recorrido por su trayectoria, sus proyectos y su visión sobre la poesía como una forma de percibir el mundo y -también- como una apuesta a la felicidad.
Foto: Gaby Sambuccetti
+P: Te recibiste de docente de Lengua y literatura en Buenos Aires ¿Cómo surge la idea de irte a estudiar a Londres? ¿Cómo fue la experiencia de especializarte en el extranjero?
Gaby: Unos meses antes de venir al Reino Unido, había estado leyendo a Deleuze y Guattari durante el último año de mi carrera de letras en Buenos Aires. Cuando nos vamos de un territorio hay "un romper", seguido de "un construir". Siento que con las palabras pasa lo mismo que con las fronteras: las rompemos para volverlas a trazar. Ese juego animal, en cuanto a la territorialidad, es clave en la conformación de nuestra identidad. Sabemos que dejamos lugares o palabras atrás pero, desde el punto actual en el que nos encontramos, se produce una distancia con esos territorios y es esa misma distancia la que nos ofrece una nueva perspectiva, que nos hace crecer y abandonar viejas creencias, trayectos o roles. Después, quizás con el tiempo, volvemos a esos lugares que dejamos, como también resignificamos las palabras que dijimos, pero nuestra identidad se modifica en ese proceso.
Cuando llegué al Reino Unido tenía un sentimiento de extrañeza mezclado con una ambición por conocer más a fondo este país y su cultura. La novedad me vendaba los ojos ante mi posición: ser una inmigrante latinoamericana que no manejaba el código y el contexto en el que se encontraba. Por suerte, superé la barrera cultural e idiomática, y me integré, dentro de todo, rápidamente.
Una vez asentada, estudié, trabajé, hice amigos, me gradué. Leí mis poemas en muchos lugares del Reino Unido y en muchos otros países del mundo. Me volví organizadora de eventos en el Oxford Writers’ House y creé a La Ninfa Eco, entre otras cosas que fui haciendo a lo largo de estos años. A veces, cuando pienso en todas las cosas que hice desde que llegué (como ir al Parlamento Británico), me da un poco de vértigo. Si tenemos en cuenta mi posición inicial en el mapa cuando llegué, era bastante improbable o impensado pasar por ciertas experiencias. Creo que todos estuvimos en lugares impensados y son esos mismos lugares los que nos dejan algo especial para el resto de nuestras vidas.
+P: ¿Cómo nace el proyecto de La Ninfa Eco y cuáles fueron tus motivaciones para llevarlo adelante?
Gaby: La Ninfa Eco nace para ocupar un espacio que sentí que no estaba tan explotado. Un punto de encuentro entre todos los escritores que están trabajando incesantemente desde distintos lugares del mundo. Por otro lado, también apareció para matar prejuicios y estereotipos dañinos sobre los escritores, como el estereotipo del suicida, el loco, el solitario, etcétera. Y, también, para brindar un espacio único a esta disciplina. Por último, se inicia para balancear la visibilidad de los escritores entre sí. Algunos escritores concentran visibilidad, pero lo hacen de la mano de determinadas características que ayudan a acrecentar sus figuras, mientras otras se debilitan.
Citando a Virginia Wolf en relación al género, se necesitan espejos que reflejen las figuras al doble de su tamaño para que esas figuras sean más grandes. Y es ese “sobresalir” lo que les permite vender más, ganar más premios y, a su vez, eso se vuelve un círculo que se potencia a sí mismo. Esto no significa que todos son talentosos desde el vamos y que no tienen nada que aprender de personas que llevan una vida en esto, ni que ninguna crítica tiene valor o que nadie merece mayor reconocimiento, entre otras cosas. Pero las oportunidades deberían ser más justas y no deberían estar atravesadas por la corrupción o la desigualdad de oportunidades. Y sean reconocidos o no, mi deseo es que los escritores aspiren a escribir mejor y amar la literatura como último fin, porque lo que importa es hacer y ser feliz.
Logo de La Ninfa Eco / Diseño Florencia Saltamartini (Argentina).
+P: Respecto a La Ninfa Eco ¿En qué momento se realiza el pasaje de podcast a revista? ¿Cómo se fue armando el staff? ¿Existe una convocatoria?
Gaby: Se dio de manera gradual. El podcast lo armé sola desde mi casa en Oxford. Después, durante el segundo año, se unió Alejandro López Pomares (España), persona clave de la organización, excelente compañero y escritor. Y, más adelante, llegaron 11 increíbles compañeros que se unieron con sus múltiples ideas y que conforman el proyecto en la actualidad. Entre todos lanzamos la revista en enero del 2020.
Hoy, el equipo está integrado por: Diego Estévez (México), Mariah Whelan (Reino Unido), Lisa Alves (Brasil), Marcelo Cruz (Ecuador), Gisella Ballabeni (Perú), Ezequiel Wolf (Hungría), María Cleofé Campuzano Marco (España), Gabriela Guerra Rey (México), Sara Montaño Escobar (Ecuador), América Merino (Chile), Julieth Hernández (Colombia) y Florencia Saltamartini (Argentina).
No existe una convocatoria en este momento, a menos que alguien del grupo se vaya y vuelva a haber un lugar disponible para que entre alguien nuevo. Lamentablemente, nuestra estructura no permite que haya más colaboradores... Es una lástima porque me encantaría invitar a otros escritores muy buenos que tienen muchas ideas.
+P: En cuanto a tu labor como gestora cultural, entiendo que organizabas los ciclos “Palabras en el sótano (PEES)” y “Nos vemos” ¿Considerás que hay una relación entre esa gestión y la que hacés actualmente como directora de La Ninfa Eco?
Gaby: Sí, está totalmente relacionado. De hecho, después incorporé a los ciclos “PEES” y “Nos vemos” como parte de La Ninfa Eco. Así que -ahora- todo pertenece a la misma organización.
+P: ¿Qué es para vos lo más importante a la hora de pensar un espacio en el que la palabra circule y sea la protagonista?
Gaby: Esta pregunta me parece muy interesante y pese a que organizo eventos desde que soy muy joven, nunca me la hicieron. Me parece que la palabra es un recurso o un vehículo para alcanzar otros estados. Es la acción o el predicado lo que nos deja boquiabiertos.
Es muy difícil conectar con el público a veces. Es algo totalmente normal que un escritor esté sumamente emocionado, pero su público esté, simultáneamente, ejerciendo la emocionante pasión de dormir. Todos conocemos ese escenario, una asimetría entre la emoción de la persona que está arriba y la que está debajo del escenario. Admito que -a veces- eso puede ser divertido. Y sabemos que es algo que pasa en nuestra disciplina muy a menudo. El slam poetry busca maneras de romper con esto utilizando múltiples recursos. Muchos escritores, me incluyo entre ellos, intentamos integrar otras disciplinas para hacer más dinámicas las presentaciones. Incluso, muchos hemos jugado con la poesía experimental. Creo que los escritores, en la actualidad, todavía no le terminamos de encontrar la vuelta a estos espacios.
Por otro lado, la oralidad está en la raíz de la literatura. La gente recitaba poemas y cuentos mucho antes de la invención de la imprenta. Cuando muchas personas dicen que la literatura recitada no es seria, se están olvidando de las raíces. Hay algo en la palabra recitada que es esencial. Cuando un poema recitado nos llega, nunca más lo olvidamos. Y hacer poemas pensando en un otro que los recuerde, lejos de estar relacionado con poesía de mala calidad, es un reto bastante complejo. Apuntar a la memoria, si lo que hacemos no es bueno, es casi imposible. Entonces, para que un evento sea bueno tiene que tener partes memorables, emocionantes y tiene que conectar a las personas entre sí, tanto arriba como abajo del escenario.
+P: Volviendo a tu rol en La Ninfa Eco ¿Crees que tiene aún una impronta más relevante (y desafiante) el hecho de que seas una mujer liderando un proyecto cultural?
Gaby: Me parece muy difícil liderar o dirigir cualquier proyecto de por sí. Creo que es como dice la frase: “ser director es como andar en bicicleta, pero la bicicleta está incendiada”. Supongo que mientras más grande es un proyecto (revista, empresa, etcétera), mayor cantidad de problemas puede generar porque hay más intereses y visiones en conflicto. El tema del género le suma a esto una complicación más. Pero dirigir es difícil para todos y uno termina por entender a los malos dirigentes, aun cuando no estemos de acuerdo con sus decisiones.
En la actualidad, La Ninfa Eco es una excepción porque todos los colaboradores con los que trabajo son muy amables, respetuosos y talentosos. En el grupo tenemos roles bien definidos, nos parecía muy caótico funcionar de otra manera. Es como una orquesta y cada uno tiene su instrumento.
Por otro lado, volviendo a tu pregunta, encontré difícil hallarme en el mundo de la dirección y gestión. Antes de La Ninfa, trabajé en el pasado como directora de eventos de organizaciones literarias y, un poco después, en un lugar que organizaba eventos en el Parlamento británico y europeo. Esas experiencias me hicieron entender que, pese a las cosas buenas, el ser humano también está lleno de miserias, ego e inseguridades y algunas personas son capaces de cualquier cosa, literalmente, cuando buscan determinados beneficios. Pero desarrollé estrategias para lidiar con esos problemas como la mayoría de los organizadores, directores, líderes que encabezan proyectos, entre otros roles similares, como por ejemplo ser docente y encabezar un aula. Seguir organizando actividades sostenidas en el tiempo es el resultado de una perseverancia constante, del ensayo y error y de una resiliencia que se gana en el camino.
+P: En cuanto a la escritura y pensando un poco en los libros de poesía que publicaste ¿Qué significa para vos la poesía y qué lugar ocupa hoy en tu vida?
Gaby: En términos económicos y profesionales, apostar a la poesía es lo mismo que hacer un bluff. El género no vende. Pienso en el póquer: cuando uno no tiene las cartas ganadoras hace un bluff y un all-in. Es digno de análisis lo que pasa en el mundo editorial. Todos saben que la poesía no es el caballo ganador pero, lo más interesante, es que se siguen comercializando millones de libros de poesía año tras año. En mi experiencia, la gran mayoría de poetas que conozco son personas pensantes, sensibles y analíticas. Entonces uno diría: ¿Por qué siguen insistiendo si van a perder tiempo y dinero? Para mí hay algo hermoso en no poder responder a esa pregunta. Aun sabiendo que van a perder tiempo y dinero, los poetas siguen hacia adelante. Apuestan al caballo perdedor. Hay una fortaleza y resistencia en eso. En mi vida, como en la de muchos poetas, la poesía ocupa ese lugar: el lugar de la emoción, la pasión, la resistencia y la integridad. Y digo integridad porque considero que hay una honestidad en juego cuando seguimos apostando a lo que sabemos que no nos da determinados beneficios. Honestidad porque realmente queremos poesía, no se mezclan otros intereses. Para mí escribir poemas es una especie de bosque en el que puedo jugar, estar y hacer todos los bluffs que quiera perdiendo en todas las manos de la esfera económica, pero siendo feliz.
+P: Hablanos de tu próximo libro “The Good, the Bad & my poem the Poet” ¿Cuáles son los ejes temáticos que lo componen? Entendemos que es una edición bilingüe ¿Cómo fue ese proceso de escritura? ¿Qué implicó para vos esta propuesta respecto a otras?
Gaby: “The Good, the Bad & my poems the Poet” es un libro que intentó ser híbrido entre la poesía y la autobiografía. Nace de 2 proyectos diferentes. Un libro anterior, una crítica al sistema y el ambiente literario y cultural, que escribí durante una época que no estaba muy conforme con las cosas que veía. Y, por otro lado, nace de otro proyecto que reúne poemas bajo un concepto, como los antiguos CDs. Este es un libro que tiene poemas que son objetos. Por ende, todos los títulos empiezan con “Mi algo”. Por ejemplo, “mi casa”, “mi perro”, “mi ciudad”, etc. Nace de observaciones de mi entorno. Estas observaciones hacen que -paulatinamente- el “mi” se convierta en “yo”, porque -en última instancia- la manera en que analizamos nuestro entorno termina siendo propia, única, autobiográfica. Es un libro bastante corto, pero tiene mucho trabajo encima, trabajo de muchos años. Me costó mucho cerrarlo porque lo realicé durante todo el transcurso de mi situación migratoria. Mi estilo pre-migración no estaba trastocado por un nuevo idioma y por muchas experiencias culturales que me atravesaron y cambiaron como persona y, por ende, como escritora. Tuve muchos conflictos y bloqueos mientras escribía este libro y trabajé en conjunto con mis profesores y editores británicos mientras lo planeaba. Por eso, este libro es el resultado de un proceso larguísimo. Terminé de estructurarlo cuando estaba estudiando en la universidad. Mi tutor era un poeta muy famoso del Reino Unido. El libro terminó -de alguna manera- teniendo algo de su impronta porque es un libro que está pensando para ser recitado. Es un libro que es un “medio” entre el estilo del Reino Unido y el estilo de Argentina. De hecho, tuve que conseguir una editorial que tenga flexibilidad y una mentalidad abierta de alguna manera para publicarlo. Por eso, estoy muy contenta de haberme cruzado con mi editorial El ojo de la cultura (España/UK) porque -muy rápidamente- entendieron y se adaptaron a mis necesidades híbridas en cuanto a la publicación. Siento que es muy emocionante haberlo terminado y que me libera para enfocarme en mis nuevos proyectos. El libro ya está disponible en Amazon y, en breve, será la presentación en distintos países.
+P: Y, para finalizar, una pregunta quizás más personal. Viendo un poco los proyectos que encaraste en distintos momentos de tu vida y los que estás llevando adelante actualmente ¿Cómo te ves a futuro como gestora y cómo ves a La Ninfa Eco? ¿Cuáles son tus expectativas?
Gaby: Me veo haciendo muchos proyectos artísticos con muchas personas de distintos países y disfrutando de ese proceso. Me veo generando una ola de cuestionamientos que van a llegar a algún puerto y, quizás, tengan un efecto dominó.
Investigar es algo que me gusta mucho y que hice muchas veces en distintos momentos durante mi vida. Estoy por empezar mis estudios de posgrado en literatura comparada y me gustaría investigar y aportar al ámbito académico durante los próximos 5 años.
En paralelo, me gustaría seguir con La Ninfa Eco. Tenemos muchos planes para poner en marcha, tanto artísticos como editoriales y comerciales.
Finalmente, me veo viajando, recitando y colaborando con muchos más escritores, multiplicados y contagiados por la fuerza de la creación.
Sobre Gaby
Gaby Sambuccetti (1986, Argentina) es licenciada en Escritura Creativa por Brunel University (Londres) y profesora de literatura (Buenos Aires). Fue organizadora de eventos literarios y gubernamentales. Participó de un debate en el Parlamento Británico (Londres) sobre escritura y medios digitales durante el 2019. Fundó y dirige la revista y podcast internacional llamada La Ninfa Eco que cuenta con la colaboración de catorce escritores y académicos reconocidos de más de 10 países de Latinoamérica, Europa y el Reino Unido. Fue la directora de eventos literarios del grupo Oxford Writers’ House (Oxford) que trabajaba con la Universidad de Oxford y distintas asociaciones editoriales del Reino Unido. Es la autora de Al nudo lo que nos quitó (Argentina), Los vidrios aman quebrarse (Latinoamérica) y The Good, the Bad & the Poet (Reino Unido). Fue parte de la antología Liberoamericanas: 80 poetas contemporáneas publicada por Liberoamérica en España, Argentina, Bolivia y Uruguay. También fue parte de la antología británica Other Voices: Poems to Celebrate 40 Years of The Cure con su poema “Expats don’t cry”. Su cuento “Spider Web” (Telaraña) fue seleccionado por su universidad para formar parte de un libro que compila los mejores cuentos de ciencia ficción producidos por estudiantes de la universidad durante el 2017 en Londres.
Sus libros, presentaciones y publicaciones aparecieron en distintos países, revistas y archivos literarios de Argentina, Brasil, India, México, Perú, España, Bolivia, Uruguay, Chile, Italia, Bangladesh, US, Alemania, Portugal, Rusia y el Reino Unido (en diferentes idiomas).
En la actualidad, se prepara para realizar estudios de posgrado en Literatura Comparada en el Reino Unido, en donde está radicada desde finales del 2012.
Foto: Cortesía de Gaby Sambuccetti
> Entrevista realizada por Carolina Martin, integrante de +P. Si querés contactarte con ella, escribile a carol.martin@live.com.ar
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